Sale de tu interior,
un sentimiento;
como si fuera a bailar
el último vals,
pidiendo en silencio,
su último deseo.
Va acompañado de
palabras,
nunca recitadas;
se acumulan en la
garganta,
mientras en tu rostro,
se derrama en forma de
agua.
Y así comienza,
el nacimiento previo de
una lágrima;
recorre sin miedo su
escasa libertad,
para morir en tus
mejillas;
sale porque guardas
dentro,
un secreto a escondidas;
sea bueno o sea malo,
te delata mientras me
miras.
Esas gotas,
desean morir,
muchas veces en tus
labios;
quieres ocultarlas en
ocasiones,
para que no se noten,
tus engaños;
pero ellas son como
aquel mar,
que rompe las rocas en
pedazos.
Sabes,
que yo se leer,
cada una de ellas;
siempre he sido la única
testigo,
de su belleza.
¡Derramalas sin miedo!,
ellas son tu única
verdad;
retenerlas dentro,
te encerrara en la
oscuridad;
ellas te sacan esa luz,
que pierden en su final.
Déjame una vez más,
que te las vuelva a
secar;
mientras,
te robo un beso sin más;
así acabarás con un
suspiro,
que te anime,
a volver a respirar.