Sola,
vuelvo a verme tan sola;
como hace un tiempo,
en el que creía,
que me volvería loca.
Rodeada de gente,
que ni siquiera me mira;
vuelvo a ser una
vagabunda,
buscando un nuevo tren,
para irme tan solo de
ida;
a otro nuevo lugar,
donde poder comenzar,
y no pasar
desapercibida.
Grito,
y escucho el eco,
pero no hayo respuesta;
en este lago,
me hundo,
de una manera tan lenta;
que no sé,
si salvarme de esta;
o dejarme caer,
hasta que el aire
desaparezca.
No se preguntan,
si sigo viva;
o si sigo sangrando,
y me escuece,
esta misma herida;
sigo aquí,
tan consumida;
que incluso,
esta gravedad,
no me hace estar tan
atraída.
Vuelvo a ser,
ese espantapájaros;
en medio de un bosque,
viendo como pasan los
años;
perdida,
en este espacio,
totalmente llena de
arañazos;
sobreviviendo,
al temporal que esta
pasando.
Llueve,
y sigo bailando;
esquivando la tormenta,
saltando los charcos;
sin paraguas,
mientras reconstruyo,
la misma casa por el
tejado.
Respiro,
y cuento hasta tres;
lo malo no dura
eternamente,
pero te hace desvanecer;
me pierdo en la noche,
huyendo del amanecer;
creo que nadie me
entiende,
no se ponen en mi lugar,
no comprenden mi ayer.
Creen,
que lo que me da temor…
es la soledad;
y no saben,
que aprendí de ella,
quien soy en realidad;
lo que me duele,
es verme en un mismo
margen,
y que no lo consiga
cambiar;
cada vez que lo intento,
avanzo algo,
pero vuelve hacia atrás;
que por cada escalón…
que suba,
me añadan otro más;
que no se valore lo que
piense,
porque no me vean en
igualdad;
que de tantos fracasos,
consigan que pierda mi
personalidad;
que me vea tan
diferente,
que pierda mi identidad;
que no vea mi lado
bueno,
y se vuelva frialdad;
porque hayan conseguido,
que sea tan diferente,
y me invada la maldad.